IMAGEN ÉTNICA artesanía argentina*arte en espejos y más...


Imagen Étnica es un proyecto artístico artesanal cuyo objetivo es rescatar el arte, la cultura y los valores de diversas etnias latinoamericanas . Piezas únicas hechas a mano. Los espejos como todos nuestros objetos, están hechos de forma artesanal y con materiales reciclados.

Utilizamos imágenes étnicas las cuales son recreadas artísticamente con diseños de libre interpretación.

NUESTROS DISEÑOS

NUESTROS DISEÑOS


TODOS NUESTROS TRABAJOS SON PIEZAS ÚNICAS HECHAS A MANO.
CADA UNO DE LOS ESPEJOS TIENE UN TÍTULO QUE LO CARACTERIZA E IDENTIFICA Y NUESTRA FIRMA QUE LO GARANTIZA .
UTILIZAMOS MATERIAL RECICLADO PARA LA REALIZACIÓN DE LAS PIEZAS.

CADA UNO ES COMO UN INSTANTE DE ESTA VIDA, IRREPETIBLE.

Los pueblos, los hombres se enfrían por ausencia de espíritu. Pero estamos nosotros, con pedernal y yesca, con melodías y cantares, poemas y reflexiones, alto desvelo y sueños de todo tipo, para entibiar las horas de aquellos que no quieren congelarse todavía...

...Ninguna fuerza abatirá tus sueños, porque ellos se nutren con su propia luz. Se alimentan de su propia pasión.

Atahualpa Yupanqui

NUESTRO TALLER por Luce Salabelle

NUESTRO TALLER por Luce Salabelle
Luce Salabelle (Paris -France )

29/9/07

PELOTA DE TRAPO

Periódicamente Lourdes recibe el Boletín de La Fundación Pelota de Trapo, que desarrolla desde hace más de 30 años, en los partidos de Avellaneda y Florencio Varela, una serie de programas destinados a niños y jóvenes en situación de pobreza y abandono. De allí pudimos leer el artículo que copiamos a continuación, el cual nos sensibilizó en magnitud , haciéndonos ver que hubo y sigue habiendo diversas formas de eliminar a aquellas culturas que fueron las originarias en estas tierras... Y pensamos que no es suficiente con reflexionar al respecto. Accionar sería un inicio para no sentir que todo se pierde.



Dos suicidios27/09/07

Por Alberto Morlachetti

(APe).- Vivían con su corazón hinchado de desgracias, tanto lugar como tendrían para las bellas aventuras, escribía Gelman. Pero esas nunca vendrán y dos pibes no quisieron saberse más. La aldea Fortín Mbororé se encuentra cerquita de Puerto Iguazú y anda de alarmas porque hace pocos días hubo dos suicidios y otros tantos intentos. El primero ocurrió el lunes 17 de la semana pasada, cuando Víctor Moreyra (17 años), sobrino del cacique, se quitó la vida colgándose de una sábana. El segundo fue el de Julio Martínez (15 años), quien el viernes 22 después de la celebración por el nuevo año mbya-guaraní, decidió poner fin a sus días.


Un rumor, como venido del fondo de la historia, los dibuja en un retrato antiguo. Son guaraníes, es decir, un pueblo para el que hace siglos, todo lo que existía entre el cielo y la tierra, solía ser cosa de hoja simple o de transcurrir de agua. Quizá el conflicto más grande que pudieran tener con la luminosa tierra misionera, es que las mujeres le disputaran al paisaje, la perfección de sus trenzas. Belleza y mitología eran su gloria y sólo los niños robados por el Yasí-Yateré, una de las deidades más temidas, podían enfermar seriamente.

Hoy, sin embargo, sobreviven en la oscuridad, acechados por el hambre, muy lejos ya de su fresco paraíso. Aún sin renunciar a la larga historia aprendida entre generaciones, la caída de sus viejas creencias parece inexorable. Dicen que en las comunidades de Takuapí, Posito, Ka'a Cupé, Leoni Potý, Ñamandú, Kaagy Porá e Ita Potý, el 58% de los niños padece de algún grado de desnutrición. Ahora los temidos no son más que personajes seculares, ajenos a ese cielo suyo, enredado de enigmas y raíces. Ahora amanecen la muerte, las cenizas, las agrietadas frentes de las ruinas.

En un informe -realizado por Teresa Celina Kuhn- manifiesta que las condiciones sanitarias son penosas y en general, los tratamientos no se completan. Atrás quedaron los tiempos en que los niños dormían entre un respiro de menta y otro de mejorana. Los efectores de salud ven desfilar los casos de tuberculosis, neumonías y otros males que la miseria prodiga en el cuerpo de esos chicos sombríos y callados, que parecen haber nacido sabiendo lo que los otros nunca saben.

La hermosa tierra misionera, la de las ceremonias del origen, se está quedando sin sus hijos. La leche escasea en la doble luna del pecho y esas madres que temprano, descubren su rebose de vida: “El promedio de la edad del primer embarazo está en los 17 años”. Cuentan que “la mortalidad perinatal es otro flagelo latente”. A casi el 40% se les murió más de un hijo en el vientre -a punto de nacer- o en el despertar de los retoños.

La discriminación transforma en insensible la mirada de la mayoría. Crea una diferencia y pone el acento sobre un descarrío. Prepara la persecución y la muerte sobre un pueblo que amó entrañablemente a sus hijos. Nietzsche -siempre controvertido- manifestaba que el Estado es el lugar donde el lento suicidio de todos se llama vida.

Fuente de datos: Diario El Territorio - Misiones 25-09-07
( Ticleando sobre el título acceden al link de la Fundación Pelota de Trapo)



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